SUB 1 ACT 1 “Conceptualización de la seguridad alimentaria”.
ACTIVIDAD 1
INTRODUCCIÓN
El
Derecho a la alimentación es una condición esencial para lograr una vida digna,
por ello está contemplada en leyes y tratados nacionales e internacionales. Tener
Seguridad alimentaria significa que todas las personas podamos acceder en todo
momento a alimentos suficientes, inocuos y culturalmente aceptables para una
vida sana y activa. Todos somos responsables de realizar acciones para que se
cumpla nuestro Derecho a la alimentación.
En la
Seguridad alimentaria influyen varios factores, entre los que se destacan: la
cantidad, calidad y variedad de alimentos disponibles; el nivel de ingreso de
las familias; el nivel de educación y de conocimientos sobre alimentos y
nutrición; y las condiciones ambientales y de salud.
La seguridad alimentaria y
nutricional en México presenta un panorama de grandes contrastes. Si bien la
oferta de energía alimentaria disponible en México sobrepasa los requerimientos
para cubrir la demanda, las fuertes deficiencias en el acceso originan un
panorama heterogéneo de grandes carencias que requiere de intervenciones
focalizadas en ciertos grupos de población y en ciertas regiones.
Al deficiente acceso a los
alimentos de grupos importantes, se suma la desnutrición crónica infantil aún
por atender, al igual que la alta prevalencia de sobrepeso y obesidad en niños,
adolescentes y adultos. La doble carga de la malnutrición impide el adecuado
desarrollo físico e intelectual del individuo al mismo tiempo que aumenta el
riesgo de enfermedades crónicas no transmisibles, con grandes costos directos e
indirectos para las familias y la sociedad.
En esta actividad
mencionaremos los factores que inciden en la seguridad alimentaria de México. Así
como las restricciones y causas de cada uno de ellos.
DESARROLLO
1.
¿Qué factores consideras que son los
que más inciden en la seguridad
alimentaria en México?
·
Cantidad, calidad y variedad de los alimentos disponibles:
El principal factor impulsor de la alimentación es,
obviamente, el hambre, pero lo que decidimos comer no está determinado
únicamente por las necesidades fisiológicas o nutricionales. Algunos de los
demás factores que influyen en la elección de los alimentos son:
o
Determinantes
biológicos como el hambre, el apetito y el sentido del gusto.
o
Determinantes
económicos como el coste, los ingresos y la disponibilidad en el mercado.
o
Determinantes
físicos como el acceso, la educación, las capacidades personales (por ejemplo,
para cocinar) y el tiempo disponible.
o
Determinantes
sociales como la cultura, la familia, los compañeros de trabajo y los patrones
de alimentación.
o
Determinantes
psicológicos como el estado de ánimo, el estrés y la culpa.
o Actitudes, creencias y conocimientos
en materia de alimentación.
·
Nivel de ingresos de las familias:
Para la Sedesol (2002: 122), la forma más apropiada de
medir la pobreza es mediante líneas de pobreza (LP).
La primera de éstas se basa en la alimentación, que se
refiere a la estimación del ingreso necesario para comprar una canasta de
alimentos que satisfaga un mínimo de requerimientos nutricionales.
Esta canasta se calcula por separado para las áreas rurales
y urbanas, y se basa en los patrones de gasto en alimentos de los hogares que
apenas satisfacen sus necesidades mínimas de alimentos nutritivos, suponiendo
que todo el gasto se destine a alimentación.
La segunda línea de capacidades se refiere al ingreso
mínimo requerido para cubrir las necesidades de alimentación, así como para
sufragar los gastos mínimos en educación y salud. También se calcula por
separado para las áreas urbana y rural.
·
Nivel de educación y conocimientos sobre alimentación y nutrición:
El
panorama nutricional de México es complicado, en particular por la llamada
transición epidemiológica en que se encuentra el país, caracterizada por la
persistencia de antiguos problemas de nutrición y salud ligados a la pobreza,
así como los asociados con la riqueza.
Los principales instrumentos de la prevención primaria son
la educación para la salud y la prevención específica. La educación para la
salud tiene un ámbito de competencia muy diverso, abarca aspectos tales como la
promoción de una alimentación sana y equilibrada, una vivienda higiénica y
funcional, fomento de la actividad física, acceso a fuentes de recreación,
práctica del descanso reparador, así como la ampliación de la cultura sobre la
salud.
Por su parte, la prevención específica va dirigida a evitar
particularmente, una o más enfermedades. Un ejemplo conocido es la vacunación.
Otras acciones se dirigen a prevenir enfermedades carenciales, como el bocio,
mediante la yodación de la sal, la anemia ferropénica o por déficit de folatos
a través del enriquecimiento de alimentos de consumo popular o mediante la
suplementación directa; el déficit de vitamina A, a través de suplementación
periódica de este micronutriente, así como la promoción del consumo de
alimentos ricos en carotenos.
·
Condiciones ambientales y de salud:
El sistema agroalimentario, cultivos y ganadería, ocupa el 50%
de la superficie terrestre, y emplea a un tercio de las personas laboralmente
activas del mundo (Foley et al. 2011, Tilman and Clark 2014, Erb et al. 2016).
Durante los últimos 50 años, se ha observado una expansión e intensificación de
la agricultura que no registra precedentes (Foley et al. 2011).
A nivel mundial, la producción agrícola se ha expandido
hacia territorios que anteriormente no eran cultivables (Foley et al. 2011, Erb
et al. 2016). De hecho, el 80% de la nueva superficie cultivada reemplazó
sitios de gran riqueza biológica como bosques tropicales y subtropicales (Foley
et al. 2011). El aumento de la producción agrícola a través de intensificación
convencional, basada en monocultivos y un gran uso de insumos externos no
renovables (como agroquímicos), ha generado un gran impacto ambiental (Foley et
al. 2011, Tilman and Clark 2014).
Se estima que perdemos (por erosión hídrica y eólica) 10
millones de hectáreas de suelo cada año a una velocidad entre 10 y 40 veces más
rápido de la que se está formando (Foley et al. 2011). La agricultura es
responsable de la pérdida del 70% de especies en el mundo, y consume alrededor
del 70% de agua dulce del planeta (Foley et al. 2011).
FACTORES QUE INCIDIERON DURANTE LA PANDEMIA COVID19:
·
Cantidad,
calidad y variedad de los alimentos disponibles.
·
Nivel de ingreso de las familias.
Estimaciones
derivadas de la Encovid-19 realizada por Equide-Ibero, que documentó un
desplome dramático de la seguridad alimentaria de los hogares, cayendo de 39 %
en abril de 2020 a 27 % en marzo de 2021. En febrero de 2021, el Instituto
Nacional de Salud Pública (INSP) presentó los resultados de la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición – Continua Covid-19, en la que encontró que
sólo 40 % de los hogares lograron mantener su seguridad alimentaria en 2020, se identificó que 59.1% de los hogares
se encuentra en algún grado de inseguridad alimentaria, siendo en el 20.6% de
los hogares moderada y severa, esto quiere decir que en los últimos tres meses
redujeron la cantidad de alimentos que consumen habitualmente. Las mayores
proporciones de hogares en inseguridad alimentaria moderada y severa se
encontraron en localidades rurales (28.8%) y en la región Península (33.6%).
Durante el
confinamiento, en aproximadamente uno de cada tres hogares participantes, se
reportó reducción en el consumo de alimentos de alta densidad de energía como
bebidas endulzadas, pan dulce, botanas y dulces o chocolates; también en
carnes, pollo y pescado.
Se encontraron
diferencias relevantes en la reducción del consumo en el hogar de frutas y
verduras entre hogares de localidades rurales en comparación con urbanas;
siendo para las frutas en localidades rurales de 24.8% vs. 17.2% en urbanas y,
en verduras en localidades rurales de 21.4% vs. 13.9% de urbanas.
Asimismo, en los hogares
que reportaron reducción en el gasto en alimentos por la pandemia se observó
una mayor proporción de reducción, en comparación con los hogares sin esta
afectación para carnes rojas, pollo y pescado (47 vs. 13%), frutas (34.5 vs.
4.8%), verduras (29 vs. 3.4%), huevo y lácteos (33.4 vs. 7.2%).
De manera general, 63.3%
de los hogares indicó reducciones en sus gastos generales durante la pandemia;
mientras que 47.1% reportó reducción en el gasto en alimentos. En 33.9% de los
hogares al menos uno de sus integrantes dejó de recibir ingresos en la
contingencia, en 30% a alguno de sus miembros le redujeron el salario y al
menos un integrante de 21.3% de los hogares perdió su empleo.
2.
¿Qué restricciones ubicas en cada dimensión?
·
Causas
relacionadas con insuficiente acceso físico a los alimentos.
Entre 2016 y 2018, alrededor del 28% de la población
mexicana no tuvo acceso a una suficiente cantidad de alimentos seguros y
nutritivos debido a la falta de disponibilidad o a la falta de recursos
económicos para adquirirlos.
·
Causas
relacionadas con insuficiente acceso económico a los alimentos.
El
aumento de la población que se enfrenta a la inseguridad alimentaria, tiene una
relación estrecha con los ciclos económicos, por ejemplo, en América Latina el
incremento de la población bajo esta situación está relacionado con la
desaceleración económica que se ha dado en toda la región.
·
Causas
relacionadas con la utilización de los alimentos.
El sobrepeso y la inseguridad alimentaria están
relacionados. En México esta relación es más estrecha en los adultos; una de
las explicaciones es que, en los entornos en los que el nivel de ingresos es
más bajo, el consumo de alimentos hipercalóricos es más elevado ya que su costo
es inferior.
De esta manera, los niños que viven en hogares que no
tienen un acceso a alimento suficiente, seguro y de calidad, tienen mayor
probabilidad de sufrir retraso en su crecimiento.
En efecto, las cifras no son irrelevantes: de acuerdo con
este informe, en 2018, entre los niños menores de cinco años, la prevalencia
del retraso del crecimiento es del 10% de la población total que se encuentra
en ese rango de edad.
Otra situación asociada con la inseguridad alimentaria en
México y una nutrición deficiente es la anemia en las mujeres de entre 15 y 49
años: la probabilidad de que las mujeres padezcan anemia incrementa en los
hogares que se enfrenta a la inseguridad alimentaria. En 2016, esta situación
afectó al 14.6% del total, cifra que se mantuvo casi sin cambios al comparase
con la que se registró en 2012.
CONCLUSIONES
Hablar
de seguridad alimentaria, en un país tan complejo como lo es México, donde
existe aún pobreza extrema, y aún existen índices de desnutrición
considerables, además de que a la par existe un severo problema de sobrepeso y
obesidad, tanto en adultos, como en niños. Es hablar de un cambio en las
políticas públicas y reformas en leyes para las empresas que comercializan
productos alimenticios.
Desde 2008 la seguridad alimentaria en nuestro país, es de relevancia en las agendas de las políticas mundiales, esto tras la aparición de la crisis financiera, energética y alimentaria.
Los Factores que inciden en la seguridad alimentaria en México, en lo personal considero que son los aspectos de una dieta correcta, el nivel de ingresos de las familias, los problemas ambientales y de salud de la población y el grado de educación sobre alimentación y nutrición que se tiene.
Estos
factores se correlacionan uno de otro ya que, al tener un ingreso adecuado,
podemos comprar alimentos de mejor calidad, ampliar nuestro panorama en cuanto educación
nutricional, ambiental y tener una mejor salud. Esto siempre va a depender de
cada individuo, del empoderamiento que tenga con respecto a su seguridad
alimentaria, ya que el ingreso por si solo no es determinante de los otros
factores.
Hoy
en día el etiquetado de los alimentos, y las diferentes campañas que se
realizan a nivel nacional para erradicar la malnutrición, son estrategias que
ayudan a este problema de inseguridad alimentaria que atraviesa México, pero no
es lo suficiente, para erradicar con dichos problemas.
BIBLIOGRAFIA
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